Discurso del Excelentísimo Señor Presidente de la República Lic. Danilo Medina durante el Acto Inaugural de la V Mesa Nacional de la Vivienda de ACOPROVI.
Presidente de la Asociación Dominicana de Constructores y Promotores de la Vivienda, (Acoprovi);
Lic. Gustavo Montalvo,
Ministerio de la Presidencia;
Ing. Gonzalo Castillo
Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones;
Arq. Alma Fernández,
Directora General del Instituto Nacional de la Vivienda;
Ing. Lena Ciccone,
Directora Comisión Presidencial para el Desarrollo del Mercado Hipotecario y Fideicomiso (Ley 189-11);
Lic. Campos de Moya
Presidente de la Asociación de Industrias de la Rep. Dom. (AIRD);
Dr. Rafael Paz,
Vicepresidente Ejecutivo del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP);
Ing. Maria Gatón,
Primer Vicepresidente Acoprovi;
Sr. Gabriel del Río,
El Secretario General de la Confederación Autónoma Sindical Clasista (CASC);
Señoras y señores,
Gracias por invitarme a hablar ante esta Mesa Nacional de la Vivienda. Este ha sido un año lleno de acontecimientos para el sector que ustedes representan.
Quizás será el año que viene cuando la mayoría de la población percibirá realmente los cambios en el mercado de la vivienda.
Sin embargo, ustedes saben, tanto como yo, que ha sido en este 2015 cuando hemos establecido las alianzas, nos hemos dotado de las herramientas y hemos puesto en marcha la maquinaria de la transformación que se avecina.
Por eso estoy seguro de que este 2015 se va a recordar como el principio del fin del déficit habitacional en la República Dominicana.
Y será así porque hemos sentado las bases para que, en los próximos años, la construcción de viviendas económicas avance, y no por pequeñas iniciativas asistencialistas que miran el corto plazo.
No señores, esta construcción de viviendas será sostenible y será masiva, porque no dependerá de la voluntad de un partido político u otro.
Porque desde ya la estamos haciendo depender de la capacidad y voluntad de esa nueva clase media que está surgiendo.
Una clase emergente gracias al crecimiento económico, y a las políticas que diseñamos para extender ese crecimiento entre la población.
Porque en nuestro país, a pesar del crecimiento económico sostenido durante décadas, el acceso a una vivienda digna ha sido un gran reto para las grandes mayorías.
Incluso para muchas familias en las que el padre y la madre trabajan, los pagos de una hipoteca han sido demasiado altos, o se elevaban de mes a mes, causando angustia y estragos al presupuesto familiar.
Por no mencionar los miles de hogares encabezados por jóvenes, madres solteras, o aquellos trabajadores con ingresos informales.
Esta falta de préstamos asequibles a las clases populares hacía que ustedes, los desarrolladores de viviendas se orientaran hacia otro tipo de proyectos, como los dedicados al turismo, o viviendas de alto costo.
Sin embargo, todos estamos de acuerdo en que los dominicanos y las dominicanas merecen que la compra de una vivienda esté al alcance de las grandes mayorías, y no solo para unos pocos.
Lo que hacía falta era una política de Estado para impulsar la construcción de viviendas a precios al alcance de la mayoría de nuestros ciudadanos.
Hacía falta que se ayudara a las familias trabajadoras a poder adquirir su primera vivienda.
Hacía falta que se ofreciera garantías a los inversores y que se incentivara a los desarrolladores para que se reorientaran a la construcción de viviendas de bajo costo.
En definitiva, era necesario la adopción de políticas acorde con las necesidades de la gente.
Señoras y señores,
Nuestro gobierno siempre estuvo convencido de dar ese paso, pero sabíamos también que para conseguir todo esto debíamos establecer una sólida alianza público privada.
Una alianza capaz de superar todos los viejos obstáculos y avanzar por un nuevo camino. Es decir, una alianza capaz de hacer lo que nunca se había hecho.
Esa fórmula, por suerte, la encontramos en el fideicomiso. Definimos por tanto como prioridad, desde que asumimos este Gobierno, la aplicación de la Ley 189-11 para el Desarrollo del Mercado Hipotecario y el Fideicomiso.
Desde entonces hemos hecho todo lo posible por agilizar la aprobación de fideicomisos privados, público-privados y de todos sus proyectos asociados. Fue así que vio la luz el Fideicomiso para la Construcción de Viviendas de Bajo Costo República Dominicana.
Muestra de la confianza puesta por ustedes los desarrolladores en base a los esfuerzos que hemos desplegado para su aplicación, es que hoy en día tenemos constituidos 63 Fideicomisos de construcción de viviendas de bajo costo de proyectos privados, que desarrollarán 27,181 viviendas.
En el Estudio de Oferta y Demanda Habitacional en Zonas Urbanas que realizó Acoprovi en el 2013, se registró que la oferta total de viviendas en ese momento, la mayoría de costo medio y alto, era de apenas 6,990 unidades, que si comparamos esta cifra con las 27,181 actuales, ¡significa un crecimiento de 389% con relación al año 2013!
Si además adicionamos las 35,000 viviendas de proyectos mixtos públicos-privados, que se construirán en el 2016, a través del Fideicomiso Ciudad Juan Bosch, tanto en Santo Domingo como en Santiago.
El mercado de oferta de viviendas para el año 2016, se elevaría a 62,181 unidades, cifras nunca vistas en la historia de nuestro país.
¡Esto supone más del 50% del total de viviendas construidas en los últimos 50 años! Y es que, óigase bien, desde el 1966 al 2015, el Estado dominicano construyó 113,655 viviendas, lo que arroja un promedio de 2,320 viviendas por año.
Por supuesto, para que esta oferta llegue a los ciudadanos que necesitan su primera vivienda, también hay que ayudarlos, y hemos hecho nuestra, la misión de garantizar y ampliar aún más los incentivos que establece la Ley 189-11, a favor de los adquirientes de viviendas.
A tal fin, reajustamos el monto tope de la vivienda a RD$2.4 millones, para que más familias puedan beneficiarse del Bono de Compensación por ITBIS. Un bono que supone aproximadamente un 8% del valor de venta de la vivienda.
Para tal propósito, nos aseguramos que en el Presupuesto del 2016, se dispongan de recursos para el otorgamiento de esos bonos.
De manera que las familias puedan garantizar la aplicación del mismo a su cuota inicial, y así ampliar la cantidad de familias que puedan acceder a su primera vivienda.
Asimismo, hemos dispuesto de otras facilidades, tales como un bono tierra para las familias adquirientes en los proyectos donde el Estado ha aportado el terreno, que va desde RD$15,000 a RD$35,000 pesos por vivienda.
Y como sabemos, el financiamiento a condiciones estables tanto para la construcción como para la adquisición de las viviendas, ha sido una demanda histórica tanto de los desarrolladores como de los adquirientes de viviendas, para lograr cumplir con los pagos puntuales de los compromisos que se adquieren.
Por eso gestionamos que la Junta Monetaria liberara del encaje legal 10,000 millones de pesos a la banca, para que puedan prestar el 75% de estos fondos a fideicomisos público-privados y el 25% restante a los puramente privados.
Otorgando financiamiento a la construcción a una tasa fija por dos años de no más de 6%.
Pero sobre todo, otorgando financiamiento de largo plazo a las familias a no más de un 8% de interés hasta 20 años, algo nunca visto en la historia crediticia del mercado hipotecario en nuestro país.
Lo que permitirá a estos adquirientes planificar sus pagos mensuales sin el temor de que la cuota aumente de forma insostenible, y puedan perder su vivienda.
También trabajamos con la Jurisdicción Inmobiliaria para lograr que los títulos de todas las viviendas de bajo costo que se construyan se emitan en el menor plazo posible. Para que sirvan así de respaldo a las gestiones del sector.
Y también han sido oportunas las medidas asumidas por la Junta Monetaria en junio de este año, en torno a la modificación del Reglamento de Evaluación de Activos.
Permitimos así que las garantías fiduciarias en los proyectos mixtos, puedan sustentar los préstamos hipotecarios de manera provisional, hasta tanto se concluya el proceso de emisión de los títulos de propiedad definitivos y se pueda formalizar el fideicomiso en garantía, sobre cada inmueble individual.
De igual manera, la Ventanilla Única del Ministerio de Obras Públicas, ha agilizado el proceso de otorgar un RNC provisional, en tanto el Congreso apruebe la transferencia de los terrenos al Fideicomiso Matriz.
Paralelamente, solicitamos al congreso que, de manera expedita, apruebe la transferencia de los inmuebles de la Primera Etapa de Ciudad Juan Bosch, por 2,425,000 metros cuadrados, a través del Contrato del Fideicomiso Viviendas de Bajo Costos RD.
Adicionalmente solicitamos al Congreso que apruebe las exenciones que aplica la Ley 189-11 a los proyectos de Fideicomiso de Viviendas de Bajo Costos RD.
Para lograr que los costos de urbanización de las tierras, sean más reducidos, y así ofrecer estas tierras aportadas por el Estado a mejores condiciones a los desarrolladores asociados al Estado. Y para los adquirientes de los proyectos de participación mixta.
Como elemento de incentivo adicional, le estamos solicitando al Congreso que también aprueben la exención a favor de ellos del impuesto de transferencia de títulos hasta RD$2 millones, que significará un ahorro adicional para estas familias de hasta RD$60 mil pesos por unidad.
Igualmente, hemos conversado con la banca nacional, para que se puedan dar las condiciones para emisión de instrumentos financieros de largo plazo para financiación de viviendas, como lo establece la Ley 189-11.
Otra buena noticia es que pronto se iniciarán titularizaciones que permitan tasas estables en el largo plazo, lo que además permitirá a inversionistas locales como los fondos de pensiones, diversificar su cartera de inversión.
Por último queremos asegurar que estamos siempre atentos a las demandas del sector que ustedes representan.
Vamos a tomar en cuenta su pedido de crear una Comisión que dé continuidad a todas estas transformaciones y busque medidas adicionales para constituir una política integral de vivienda.
Señoras y Señores,
El fideicomiso abre las puertas a otras muchas operaciones, pero escogimos empezar por un asunto especialmente sensible para la población dominicana, la vivienda.
Y así fue como el sueño de construir Ciudad Juan Bosch comenzó a hacerse realidad ante nuestros ojos. Lo que parecía imposible, se hizo real.
Esto ha cambiado totalmente el escenario. Donde antes apenas había tres desarrolladores trabajando el sector de las viviendas de bajo costo, hoy tenemos 17.
Esos 17 desarrolladores, conformados por unas 30 empresas nacionales y extranjeras, están levantando la primera etapa del proyecto, que comprende 15,000 viviendas.
Y en los próximos días se estarán licitando las otras 10,000, que completan las 25,000 de Ciudad Juan Bosch en Santo Domingo.
Se decidió adelantar la licitación de esta segunda etapa por el gran interés que se ha despertado entre desarrolladores y posibles compradores.
Por tanto hablamos de que, cuando el proyecto esté totalmente terminado, unas 100,000 personas van a tener acceso a una vivienda digna dentro de una comunidad digna.
Pero además, déjenme decirles que Ciudad Juan Bosch no solo va a crear viviendas para 25,000 familias.
Lo más importante de este proyecto es que va a marcar el inicio de un nuevo modelo de desarrollo de ciudades en colaboración entre el Gobierno y el sector privado.
El éxito que estamos logrando nos muestra la fortaleza que tenemos trabajando juntos. Esto nos abre, como nunca antes, las posibilidades de llevar adelante nuevos proyectos con el entusiasmo de ustedes y el nuestro, orientados a llevar bienestar y progreso por todo lo largo y ancho de nuestro país.
En Santiago vamos a comenzar el proyecto de Ciudad Juan Bosch Norte, que una vez terminado será un proyecto urbanístico integral que dará hogar a al menos 10,000 familias cibaeñas, también a través del modelo del fideicomiso.
A partir de Ciudad Juan Bosch, estamos también estudiando con el Alcalde de Santo Domingo Este, y expertos municipales, la constitución de un fideicomiso mixto.
El cual estará vinculado al Fideicomiso Viviendas de Bajo Costos RD, con la participación del Ayuntamiento de Santo Domingo Este, la comunidad organizada de Ciudad Juan Bosch, y otros participantes privados.
Los cuales gestionarán los servicios y el territorio, en una alianza público privada, como lo permite la Ley 189-11.
Amigos y amigas,
El centro de la vida de una familia, todos lo sabemos, está en su vivienda, en su hogar.
Y si ampliamos eso a un conjunto de familias, a una comunidad, podemos decir que el centro de su vida es el barrio, el pueblo o la ciudad en que habitan.
Por eso es importante recordar que una ciudad no es solo un conjunto de casas y calles, de la misma forma que un hogar no es solo un montón de ladrillos.
Una ciudad es ante todo un espacio humano. Es un espacio público que refleja quiénes somos como personas, como ciudadanos. Y que además nos conforma y protege como tales.
De poco serviría construir decenas de miles de viviendas dentro de una ciudad insegura, ruidosa, sucia e invadida por los vehículos.
Una ciudad así nunca puede dar lugar al mismo tipo de relaciones humanas que una ciudad segura, limpia, donde se pueda caminar por senderos adecuados o transportarse en bicicleta, y encontrarse con sus vecinos en las plazas y parques.
Por eso los proyectos de Ciudad Juan Bosch tanto en Santo Domingo como en Santiago están pensados para las personas que vivirán en ellos y para su felicidad.
Serán comunidades completas, dotadas de centros de educación, de salud, con áreas verdes, pistas de deporte, áreas comerciales, con oportunidades para el desarrollo económico, y diseñadas para favorecer al transeúnte y al transporte público.
Eso quiere decir que será posible llevar una vida completa y tranquila dentro de estos proyectos, sin apenas necesitar un vehículo de motor.
Porque tenemos el firme convencimiento de que una ciudad avanzada no es aquella en la que hasta los pobres van en carros, sino aquella donde hasta los ricos prefieren usar el transporte público.
Construyendo una ciudad así, a la medida de las personas, le decimos a la gran familia dominicana: ustedes son nuestra prioridad. Ustedes son siempre nuestra prioridad.
Esta es la gran idea que hay detrás del modelo urbano que estamos impulsando desde este gobierno, en alianza con los desarrolladores privados.
Pero no hay motivo para que este modelo de ciudad humana, y sostenible al medioambiente, se limite a los proyectos público-privados.
Ustedes, en sus proyectos puramente privados, también pueden y deben hacer lo posible por impulsar este modelo.
Porque en las próximas décadas, nuestro país, como el conjunto de países de América Latina y del mundo, será cada vez más urbano.
El siglo XXI estará caracterizado, como nunca, por el surgimiento de las ciudades.
Y el rostro que tengan estas ciudades será el rostro de nuestras naciones.
Y la belleza y la armonía de ese rostro dependerán en gran medida de lo que hagan ustedes, como arquitectos y desarrolladores, junto a lo que hagamos, por supuesto, las instituciones públicas y privadas.
Sumemos, por tanto, nuestros esfuerzos.
Sabemos que nuestro país está creciendo, y con él se está levantando una nueva clase media: ¡Démosle una casa! ¡Démosle un hogar!
¡Construyamos no decenas de miles, sino cientos de miles de viviendas para las grandes mayorías!
Y asegurémonos de que sea dentro de ciudades integradas, pensadas para la gente.
Ciudades que priorizan la convivencia pacífica, el desarrollo de las personas y la armonía.
Dejemos atrás la idea de construir fortalezas para unos pocos, jaulas que nos separan de los vecinos.
Es hora de construir comunidades que nos permitan salir a la calle con una sonrisa, a pasear, a saludar a nuestros vecinos, a disfrutar.
Porque ese es el nuevo rostro que queremos para la República Dominicana!
Muchas gracias