Video: Por verguenza se alfabetizó

Oliva llegó desde Barahona a La Caleta de Boca Chica, con un bultico cargado de sueños (muy pocos) y cuatro hijos.  Trabajó duro sin saber de letras ni de números.  A sus hijos no les faltó educación, tampoco plátano ni arroz en la mesa. Un día en la iglesia, cuenta Oliva, la invitaron a leer la Biblia y fue tal la vergüenza que se inscribió en Quisqueya Aprende Contigo. Tan grande ha sido su deseo de aprender que, terminado el ciclo en Quisqueya Aprende Contigo, sigue estudiando y asegura que va para la universidad a licenciarse en contabilidad.  Su actitud merece el elogio de todos nosotros. Así como ella, en Boca Chica, y en todo el país, miles y miles han logrado liberarse y convertir su municipio en territorio libre analfabetismo. #BocaChicaLibreAnalfabetismo