El presidente Danilo Medina encabezó este sábado la misa solemne que ofició monseñor Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez en la Catedral Primada de América, para dar  inicio a los actos oficiales en conmemoración al bicentenario del natalicio del patricio Juan Pablo Duarte.

El Mandatario asistió acompañado de la primera dama Cándida Montilla de Medina, y de los miembros del gabinete, encabezados por los ministros Gustavo Montalvo, de la Presidencia; José Ramón Peralta, Administrativo de la Presidencia, y Sigfrido Pared Pérez, de las Fuerzas Armadas.

También asistieron Reinaldo Pared Pérez,  presidente del Senado; Abel Martínez, de la Cámara de Diputados; Mariano Germán Mejía, de la Suprema Corte de Justicia; Milton Ray Guevara;  del Tribunal Constitucional, y Mariano Rodríguez, presidente del Tribunal Superior Electoral, así como los integrantes de la Comisión Presidencial designada por el Ejecutivo para conmemorar el bicentenario del natalicio de Juan Pablo Duarte

Estuvieron presentes miembros del cuerpo diplomático y consular acreditado en la República Dominicana y rectores universitarios, entre otras destacadas personalidades.

Una vez terminada la misa, el Presidente Medina y parte de su comitiva se dirigieron al Altar de la Patria para depositar una ofrenda en el mausoleo donde descansan los restos de Duarte, trasladándose después a la casa natal del Patricio, sede actual del  Instituto Duartiano.

Homilía

Al pronunciar la homilía durante la ceremonia religiosa, el cardenal López Rodríguez ponderó ampliamente las cualidades patrióticas y cristianas de Juan Pablo Duarte,  a quien, afirmó, el pueblo dominicano debe perpetua gratitud por su vida ejemplar, por su abnegación, por su auténtica fe cristiana y por los grandes sacrificios que se impuso para lograr la independencia de la República Dominicana.

Exhortó a las autoridades y a los partidos políticos a aprovechar la literatura de que se dispone, para dar a conocer a las presentes y futuras generaciones quién fue Duarte, qué hizo, qué enseñanzas nos dejó, cuál es el legado moral y patriótico que legó.

El prelado católico dijo refiriéndose al Patricio: “Abrigo la esperanza de que la República Dominicana soñada por él, a través de las instituciones a que me he referido, se haga un gran esfuerzo por mantener viva la llama patriótica que inspiró su ejemplar existencia”.