Video: Se va a comer de a duro

La historia del Clúster del Hierro de San Cristóbal es dura como el oficio de herrero y terca como el metal que trabajan.

La palabra cluster nos llega del inglés; quiere decir conjunto, grupo o racimo de algo. Al incorporarla a nuestro idioma acentuamos la u.

El clúster del Hierro es la suma de pequeñas voluntades artesanales que decidieron convertir debilidades en fortalezas. Bajar costos, juntar garantías, comprar a menor precio y poder adquirir maquinarias más sofisticadas y costosas (los tornos son caros) y cumplir a tiempo con los pedidos que les hacen. 

Los herreros comprendieron que, cada cual por su lado, iba camino a pasarse la vida consiguiendo trabajitos o terminar en la quiebra; mientras que juntos, solidariamente, podían aspirar a ser industria próspera. Y en eso andan. Afanosos.

El Clúster del Hierro de San Cristóbal hace lo que hacen todos los talleres: comedores, camas, estantes, verjas para ventanas, puertas, con la diferencia de que tienen ambición y sus socios no se amilanan con los problemas que les ha tocado vivir.

Hicieron diligencias para ver si conseguían un financiamiento con alguna institución del Gobierno. A decir verdad, no calificaban para préstamo en los bancos privados y las elevadas tasas de interés (de prestamistas y bancos) no iban a permitirles echar pa'lante.

Para sorpresa suya quien les visitó un domingo fue el presidente de la República en persona. Enterado, Danilo Medina quiso ayudar. O mejor dicho: utilizar su poder de jefe de la Administración Pública para comprometer y agilizar el respaldo del gobierno.

Siete (7) millones de pesos en financiamiento obtuvieron para comprar nuevas y mejores máquinas.

Y ahora contemos lo mejor de esta historia: el Clúster de Hierro de San Cristóbal se ha convertido en una oportunidad de empleo para jóvenes metidos ya en familia y otros que quisieran casarse y tener hijos, pero como dicen ellos mismos, ¿con qué se casa un pobre?

Antes del financiamiento del Gobierno los empleos eran pocos; ahora son muchos más y los jefes del Clúster dicen que llegarán a los 500 empleos.

Los jóvenes Abnel Puello, Arlis Manuel y Eloy Martínez son herreros y buenos amigos. Son del mismo barrio. Están contentos. Y, por supuesto, que se les nota. La vida les ha cambiado, dicen. Abnel revela: "En el barrio de nosotros nos miran con otra cara…ese muchacho es serio, trabaja ya". Antes ni trabajaba ni estudiaba, ahora Abnel tiene trabajo, se le conoce la fuente de sus ingresos y se ha ganado la confianza de sus vecinos. Su autoestima anda por las nubes.

Abnel no es el único. Arlis, su pana, nos suelta esta: "Ya no tenemos miedo de llegar a la casa y encontrar la mesa vacía", dice, aliviado y sin rencor. Duro, durísimo admitir y sentir "miedo a encontrar la mesa vacía". ¡Y es fácil! De nuevo: "Ya no tenemos miedo de llegar a la casa y encontrar la mesa vacía".

Los tres, rebosantes de confianza, comunican el cambio que se ha operado en sus familias: ahora "se va a comer de a duro".

La democratización del crédito en favor de los micros, pequeños y medianos dominicanos emprendedores fue (en campaña) y es (desde el gobierno) un compromiso de Danilo Medina. 

Cambia la vida de las familias, asegura la prosperidad de los negocios y crea empleos.

Compartimos el cortito video con la historia del Clúster del Hierro y 11 preciosas fotos de los herreros en plena actividad.